domingo, 4 de octubre de 2015

Dasein

  Empecé muy fuerte, y tras reventar cuatro móviles y dejarme la vista intentando soldar los cables a los diminutos motores, decidí buscar un motor mayor para hacer mi proyecto.
Conseguí un pequeño motor que funciona con una pila de 4,5 v. Aquí empezaron mis problemas.
Hacer vibrar el motor era fácil. Con algo del estaño que no había sido capaz de usar, creé una espiral que inserté en la punta del motor. Tuve que recoger unas cuantas del suelo antes de poder colocar algo de goma eva  para evitar que el movimiento del motor lanzará la espiral de estaño.
El segundo problema vino cuando me di cuenta que la pequeña pila de botón tan sólo me permitía poner el motor en funcionamiento unas pocas veces. Necesitaba una pila de más potencia. Por suerte, el kit del motor venía con una pila de 4,5 v.
Bien, tengo un motor que funciona y que vibra, ahora había que colocar el sistema de desplazamiento. El problema ahora era el espacio, necesitaba colocar el motor y la pila, y de estabilidad. ¿un cepillo de dientes para el motor y una pila de petaca?
Con la carcasa de uno de los móviles destrozados y un segundo cepillo de dientes, pude disponer de un habitáculo para el motor y la pila. Un catamarán ofrecía un diseño interesante pero poco funcional.
En un principio, el dispositivo sólo giraba, y eso lo hacía bastante aburrido, así que volviendo a dar un uso indebido al estaño infrautilizado, conseguí colocarle unos estabilizadores que le permiten moverse sin control alguno. Eso sí, al menos ya no gira.
El intento de colocar un interruptor han sido un absoluto fracaso. Al usar cables de distinto tipo, vale soy de letras, se generaba calor que acabó convirtiéndose en humo y que me hizo temer por la vida del motor, la pila o todo a la vez.
Mañana espero mejorar los problemas de habitabilidad y reducirle peso usando una pila más pequeña. También intentaré utilizar cable adecuado para colocar un interruptor. Estoy dando por supuesto que el problema es por el cable. Bueno, ya se verá.
El resultado final se llama Dasein, del alemán ” ser ahí”. No le he puesto ese nombre en honor al innombrable Heidegger, del que creo que es una especie de Voldemort de la filosofía, sino porque siempre me hizo gracia la idea esa  del “ estar arrojado al mundo” del Dasein. En fin chorradas de filósofos, pero algún nombre habría que ponerle.
Este es el resultado provisional de Dasein 1.0


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